
¿Cuánto vale mi empresa? ¿Cómo valoro mi negocio?
¿Cuánto vale mi empresa? ¿Cómo la valoro?
Conocer el valor de una empresa o negocio suele ser el punto de partida para su puesta en venta o traspaso, pero conocer el valor de tu negocio no sólo sirve para esto. Tener claro el valor de tu compañía puede ayudar en la toma de decisiones.
Saber qué valor tiene la empresa, cuál es el retorno económico que nos proporciona la empresa y cuál es su valor de mercado nos puede ayudar a tomar decisiones de inversión o desinversión. En el presente artículo explicamos cómo se valora un negocio y ponemos algunos ejemplos de cómo se obtiene y de cómo se valoras algunos sectores específicos.
Preguntarse de tanto en tanto para qué seguir invirtiendo en la empresa si su valor no crece no es tan mala idea ya que los recursos que podemos destinar a la empresa quizá nos producen un mejor retorno invirtiendo en otro proyecto , otro negocio o por qué no, en activos inmobiliarios, etc.
Por otro lado, tener claro el valor de la empresa es imprescindible en casos de herencias, separación de socios, etc. por lo que si este trabajo lo tenemos avanzado durante la vida de nuestro negocio siempre nos dará una perspectiva más clara de la equidad en los futuros repartos. Creer que si una empresa tiene pérdidas no tiene valor es un error ya que como veremos en nuestros métodos de valoración, toda empresa o negocio tiene un valor así como un comprador o inversor.
En el presente artículo intentaremos dar unas pinceladas de cuál es la diferencia entre el precio que puede tener mi empresa o negocio y cuál es su valor real ya que el éxito en cualquier proceso de inversión, venta o traspaso y por supuesto separación de socios o herencias depende de tener claras estas dos magnitudes de forma objetiva y saber qué puede pensar o cómo puede hacer esa misma valoración el receptor de la información.
Entonces, ¿Cómo valoro el precio de mi empresa? O ¿cómo pongo precio a mi empresa en base a su valor presente o futuro?
Lo primero que debemos destacar es que los que hemos creado una empresa consideramos a ésta una extensión más de nosotros o un hijo más. Por tanto, es difícil realizar una valoración objetiva de ella sin intervención de sentimientos. Por ello, la valoración de un experto es fundamental.
El momento en que puede producirse la valoración es fundamental a la hora de determinar el valor de la empresa o negocio ya que puede haber factores externos que determinen una diferencia entre su valor y lo que el comprador puede estar dispuesto a pagar. Por tanto, a la hora de valorar una empresa o negocio es fundamental saber equilibrar la oferta y la demanda dejando a un lado los deseos personales así como las preferencias y sentimientos.
¿Por qué debo conocer en todo momento el valor de mi empresa o negocio?
Aunque anteriormente ya identificamos algunas de las razones para efectuar de forma constante una valoración de nuestro negocio, añadimos las siguientes:
1.- Búsqueda de Financiación o Liquidez en mercados: si conocemos el valor de nuestra empresa seremos capaces de identificar qué posibilidades reales tenemos de obtener liquidez ya sea para conseguir financiación bancaria, reestructurar la deuda buscar financiación privada y por qué no, darle un valor a nuestras acciones para su salida a bolsa o vender participaciones de la misma.
2.- Ligado con el punto anterior encontramos una razón evidente que es la continuidad societaria ya que de cara a sucesiones de empresa, separación de socios, etc. es fundamental identificar el valor sobre el que debemos estimar o estudiar la operación societaria.
3.- Razones económicas: es evidente que si nuestro negocio no está en su mejor momento, han bajado ventas, no se alcanzan objetivos, etc podríamos tener que realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Llegados a este punto, queda claro que si podemos acreditar pérdidas, disminución de ventas, etc. será sencillo, con sus salvedades, poder demostrar que tenemos que realizar un ERE. Sin embargo, no siempre está todo tan claro por lo que conocer s el valor de mi empresa está subiendo o está bajando así como analizar sus previsibles ayudarán a la hora de realizar cualquier expediente.
4.- Razones estratégicas: Conocer el valor de nuestra empresa o negocio nos ayudará a toma decisiones para el futuro. Preguntas como, ¿si sigo invirtiendo en la empresa, esa inversión revierte en el precio de la misma o por el contrario mis inversiones no influyen en el precio?
Realizar una valoración realista de nuestra empresa ayudará en la toma de decisiones a la hora de plantearse vender activos o por el contrario comprarlos, desarrollar una nueva línea de negocio o por el contrario invertir más en las que ya tenemos, etc.
5.- Motivación Salarial: la política salarial de la empresa puede tomar en cuenta el valor de la empresa de forma que si la empresa incrementa su valoración quizá podamos premiar a nuestros jefes de equipo, directores, etc. y además como socios quizá podamos establecer una política de distribución de dividendos, etc. ligada a ese incremento así como los propios planes de crecimiento y expansión de la empresa.
6.- Motivación Fiscal: si disponemos de una valoración realista de nuestra empresa o negocio podremos saber si en un futuro se podrán generar plusvalías o minusvalías por la venta, cesión o traspaso de acciones o la venta del negocio por lo que podemos empezar a preparar el terreno para que no se produzca un gran impacto fiscal o diferir el mismo.
Así, si nuestra empresa está aumentando su valor patrimonial quizá nos pueda interesar ir actualizando esos valores para diferir el impacto fiscal ante una posible salida de la empresa. Y por el contrario, si ya está prevista una pérdida patrimonial quizá no tenga sentido pagar por beneficios o resultados durante un periodo anterior sabiendo que posteriormente se producirá la pérdida y quizá no podamos compensarla con otras partidas ya sea en renta o sociedades.
En atención al razonamiento anterior, es evidente que en base a una estrategia fiscal bien marcada se deberán tomar medidas contables para paliar los efectos futuros de esa plusvalía o minusvalía. La contabilización de las plusvalías o los deterioros pueden ser una buena razón fiscal de ahorro de impuestos a la hora de valorar la empresa de una forma realista.
¿Cómo podemos valorar la empresa?
Aunque podríamos entrar en muchas teorías y fórmulas de cálculo teóricas, etc. en nuestra consultora contamos con un equipo de economistas, asesores laborales, abogados, etc. que más allá de las teorías aplican la lógica, el sentido común y por supuesto la ley de la oferta y la demanda más allá de las teorías de valoración.
Así, la valoración de una empresa dependerá de muchos factores como el tipo de sociedad por su razón jurídica, el sector en el que se encuentre por razones de mercado y márgenes, por su finalidad societaria ya sea por traspaso o venta, por motivaciones fiscales, por liquidación y evidentemente por sus activos así como valoración contable entre muchos otros.
En general en una valoración económica se toman las siguientes variables:
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Valoración Contable:
En la Valoración Contable se toman en cuenta qué datos muestran la contabilidad, cuál es su histórico, qué podemos demostrar de la empresa o negocio, etc.
En la valoración contable tendremos en cuenta factores como la rotación del producto, el margen de ventas, costes salarias y por supuesto periodos de cobro y pago.
Así, si ponemos en valor la posible venta o traspaso de un restaurante, tendremos que saber qué resultados muestra tanto en beneficios como en margen económico.
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Valoración de Activos:
La Valoración de activos suele ser un método válido cuando la actividad económica es residual se toman en cuenta la valoración de los activos ya sean inmuebles, instalaciones, etc. Así, a la hora de valorar un negocio “tan sencillo” como un restaurante se valorará cuánto costaría montar ese restaurante y restaremos el deterioro que puedan tener las instalaciones y equipos.
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Sistema de valoración Mixto:
Los sistemas de Valoración Mixtos toman en cuenta, y siguiendo el caso expuesto anteriormente del restaurante, un equilibrio entre dar una valoración por los resultados que se obtendrían o el coste que se supondría montar ese mismo restaurante desde cero. Suele ser el sistema más habitual para negocios de autoempleo
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Coste de oportunidad:
El punto anterior nos lleva inherentemente a valorar un negocio por su coste de oportunidad. El coste de oportunidad es la ventaja que consideramos que podemos tener por ejemplo adquiriendo un negocio como el restaurante de nuestro ejemplo respecto de realizar el mismo camino por nuestra cuenta. Es decir, quizá sea interesante comprar un restaurante en pérdidas porque podemos dar vuelta a esos resultados negativos en un corto espacio de tiempo mientras que montando el negocio quizá debamos esperar meses hasta sacarle rentabilidad.
Lo mismo ocurre si valoramos la posibilidad de montar una nueva línea de negocio. Quizá nos interese adquirir una línea de producción ya montada incluso si no es rentable porque al incorporarlo en nuestro sistema productivo mediante la compra, fusión o cualquier otra fórmula jurídica, se puedan aplicar economías de escala que supongan un beneficio inmediato para nuestra empresa.
Las barreras de entrada serán un factor clave a la hora de valorar la empresa. Así por ejemplo, un negocio que disponga de licencias administrativas concretas complejas o simplemente porque sean actividades sobre las que no se obtienen más licencias, etc. tendrán un valor superior sólo por este factor al de cualquier otro negocio. En este sentido podemos encontrar multitud de ejemplos, como podrían ser el traspaso de estancos, la venta de loterías o la venta de residencias geriátricas.
Esto lo vemos más claro normalmente en empresas de gran tamaño donde para poder entrar en el mercado Español una empresa extranjera se ve obligada a comprar una empresa española ante la imposibilidad de hacerlo por su cuenta. Aquí podríamos encontrar sectores como la industria papelera, plantas de reciclaje, industrias farmacéuticas, etc.
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Aplicar múltiplos a determinadas partidas:
Hay sectores en los que está aceptado aplicar multiplicadores a valores como el resultado o la facturación.
En este caso, cuando hablamos de un negocio de autoempleo nos vamos siempre a centrar más en aplicar múltiplos sobre los resultados reales. En concreto valoraremos un negocio entorno a 3 veces su beneficio anual.
Por otro lado, en negocios con facturación contratada de forma recurrente o mensual como pueden ser gestorías, administraciones de fincas, carteras de seguros, limpieza residencial, etc. se suele aplicar un múltiplo similar al anterior sobre la facturación siempre que podamos demostrar que disponemos de clientes consolidados en el tiempo. Todo lo que suponga contratos de corta duración o poco consolidados rebajará la valoración del negocio.
Los 5 puntos anteriores suelen ser los más habituales en la valoración de cualquier empresa de tamaño medio o pequeño y negocios de autoempleo donde prima la inmediatez y la estrategia consiste más en un proceso emprendedor que no en sí una estrategia de inversión.
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Método de descuento de flujos o lo que es lo mismo y en palabras llanas, valorar el potencial real de la empresa:
El método de descuento de flujos consiste en decir que el valor de cualquier activo financiero es el valor presente de sus flujos de caja futuros.
Para realizar el cálculo básicamente se tiene en cuenta el rendimiento que se desea obtener y los años en los que se quiere obtener para traer a fecha actual el precio o valoración que estimamos que la empresa tendrá en un futuro.
Este suele ser el sistema más aceptado para industrias y negocios de tamaño medio o grande.
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Ley de Oferta y Demanda:
Aunque todos y cada uno de los puntos anteriores sobre lo que se puede basar la valoración de un negocio o empresa no son excluyentes entre sí, es una realidad que no tendremos que perder de vista la Ley de oferta y demanda ya que cuantos más operadores haya en el mercado con interés en nuestro sector más podremos especular con el valor de nuestra compañía mientras que cuando nuestros compradores, inversores, etc. son escasos y/o especializados deberemos medir mucho más el valor final que le damos a nuestro negocio para no ahuyentarlos.
Factores económicos como la existencia de paro, inflación, el tipo de interés, la regulación jurídica, etc. afectarán en este criterio de valoración de una compañía.
En La Central del Negocio contamos con un completo equipo de asesores contables, fiscales, laborales y jurídicos que pueden ofrecer una imagen fiel de la empresa. Además, al estar especializados en la compra venta de empresas y traspaso de negocios podemos ofrecer una imagen fiel de la realidad del mercado ya que nuestro equipo comercial está en contacto constante con compradores, inversores y emprendedores que les transmiten sus inquietudes a la hora de comprar una empresa o negocio.
Así mismo, y para los compradores o emprendedores somos una Consultora de referencia por cuanto nuestro equipo de Asesores muestra una total transparencia en la gestión y su conjuntamente con Asesoría Edac proporciona un servicio de valoración económica totalmente objetiva muy apreciada como los futuros inversores.
Si desea una valoración económica o tasación de su empresa por cualquier cuestión detallada o no en el presente artículo no dude en consultar no nuestro equipo. Estaremos encantados de atenderles y ampliar información sobre nuestros servicios. Recuerde que la mejor manera de predecir el futuro es crearlo
Daniel Moreno
CEO La Central del Negocio
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